dissabte, 27 de febrer del 2010

Conselleria en deriva hacia el totalitarismo

Conselleria pretende que el hecho de ser funcionario implique tener que obedecer cualquier orden, por arbitraria que sea, y no poder criticar a los superiores, es decir, están imponiendo una concepción de la función pública más propia del franquismo, que de una democracia. Ser un servidor público implica la obediencia y sumisión al jefe, inspector o director puesto a dedo, en vez de suponer velar por los intereses del Estado democrático y la salvaguarda de sus principios. Ser funcionario te convierte en súbdito de la jerarquía de turno en tu administración, cancelando tus derechos ciudadanos en el ejercicio de tu profesión.
Algún inspector “digital” ya se ha atrevido a espetar a un director no afín algo parecido A:
- Usted lo que tiene que hacer es cumplir lo que se le dice, como si le ordeno que alce su mano derecha,-refiriéndose al saludo fascista- usted me la levanta y punto.
Estamos ante un descarado ataque contra los derechos y libertades públicas, cuyos precedentes se remontan a experiencias históricas no ya tan recientes.
El problema es que buena parte de los que ocupan los puestos de Conselleria, o han sido designados para la inspección se formaron en, y son fieles representantes de, ese pasado que nos parece tan lejano.





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