La Generalitat valenciana ha tenido que rendirse a la evidencia: impartir la asignatura de Educación para la Ciudadanía en inglés era una decisión extravagante. La movilización de profesores, padres y alumnos ha obligado al Gobierno de Camps a volver sobre sus pasos, poniendo fin al esperpento de una materia impartida mano a mano entre un profesor y un traductor.
Editorial del PAÍS 18-12-2008
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